Aunque Tulum es un destino mejor conocido por la zona arqueológica, un atractivo turístico que recuerda la gloria de la civilización maya, el sitio también es perfecto para vacacionar y relajarse.
Muchos consideran a Tulum, el sitio “hippie” perfecto, pues no existen grandes hoteles de lujo ni centros comerciales. Hasta hace algunos años, sus playas eran completamente vírgenes. Con un pequeño poblado de 15 mil habitantes y una población flotante que se mantiene gracias al turismo, Tulum es considerada por muchos, como el sitio más amigable de la Riviera Maya.
El centro de la ciudad atrae a sus visitantes con objetos de artesanías tradicionales, entre los que destacan: sombreros, hamacas, pareos, joyería y plata. También hay restaurantes con excelentes opciones gastronómicas, que van desde la cocina mexicana, hasta la italiana y la argentina. El centro también es un punto de reunión que da vida a bares y cafés al caer la tarde.
En Tulum encontrarás que la vida es más relajada. Existe un corredor o pequeña “ciclopista” que separa el trayecto del centro a la zona hotelera. Esta forma de transportación es también un atractivo para los turistas que pueden rentar bicicletas y dar un paseo agradable rodeados de selva, e inspirados en el paisaje único que ofrece la Península de Yucatán.
La Zona Hotelera respeta un código ecológico que comparte los aires de un lugar paradisiaco en México. Las instalaciones están pensadas para alejarse del bullicio y la muchedumbre, disfrutando la cercanía de la playa en su plenitud. Hay cabañas económicas y villas de estilo rústico que resultan la opción perfecta para disfrutar el ambienta natural.
Disfruta la arena blanca y relájate en una hamaca mientras disfrutas la belleza del Caribe. Las playas de Tulum son ideales para caminar por horas. Si tu espíritu demanda mayor adrenalina, atrévete a practicar kitesurf o aventúrate a recorrer la ruta de cenotes que está abierta al público con un costo extra. ¡Encontrarás paz y armonía por doquier! Pues este es el lema que respira Tulum.